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Lo que me gusta hasta hoy es...

  • Los amaneceres aunque suelo trasnochar y me los pierdo con demasiada frecuencia, los paisajes pintorescos, aunque más bien los observo desde los ojos de otros, en imágenes que no han sido tomadas por mi teleobjetivo puesto que vivir en una isla y no soportar la idea de subirme en un avión limita mis movimientos, las grandes historias cotidianas de las personas que me importan, aunque el estar geograficamente lejos de ellas hacen que sea dificil escucharlas pues el telefono le quita el formidable matiz que le otorgan los gestos a las palabras, los libros aunque no se organizarme para tener el tiempo necesario para recorrer sus páginas y las buenas películas que suelen ser aquellas que de casualidad descubro en los momentos más insospechados.

Soñemos

viernes, 21 de marzo de 2008

Encontrarse a si misma


Encontrarse a si misma no es fácil tarea.
En realidad quién soy, ¿tú lo sabes?

Saber quiénes somos en realidad, es algo que creemos saber pero, si lo pensamos detenidamente puede que la respuesta no sea tan fácil, que las cosa no este del todo clara.
La persona que somos puede quedar dividida en varias partes, como son la que creemos ser, la que los demás creen que somos y la que quisiéramos ser (con la que en ocasiones fantaseamos que ya somos).
La verdad es que dependiendo del día, la situación, la compañía, el estado de ánimo… somos una persona u otra. No es falsedad, no es un estado irreal, es lo que el momento nos hace reflejar, lo que sentimos sin más.
Queremos controlar las situaciones, manejar los sentimientos, poder tomar nuestras propias decisiones pero la cosa no es tan fácil, la vida no es tan fácil, no dependemos sólo de nosotros, hay más elementos en la ecuación del vivir.
A veces deseamos que las cosas sean de una forma y que todo pase según nuestros sueños lo dibujan pero no tenemos el poder de que esto suceda tan sólo por desear que así sea. La gente te decepciona con sus actos o con sus no actos y tu misma te decepcionas por lo que a veces haces y otras dejas de hacer.
Pero no caigamos en estas fatalistas realidades porque ¡lo bueno de las realidades es que pueden cambiar!, se puede moldear y formar a nuestro antojo siempre que seamos tan fuertes como para llevar a cabo el esfuerzo que requiere dicho cambio.
FUERA LA PEREZA, VAMOS A TRABAJAR EN LO QUE QUEREMOS QUE SEA NUESTRA VERDAD.